Trastorno del Espectro Autista

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por su inicio temprano, antes de los tres años, y se define por su evaluación clínica: por alteraciones de la conducta social, perturbación en la comunicación verbal y no verbal y patrones de comportamientos inusuales y repetitivos. Además, el nivel de alteración en estas características es diferente entre las personas con autismo.

En el enfrentamiento clínico del paciente con autismo encontramos 2 grandes grupos:

El autismo Primario donde no es posible detectar una causa específica; esto ocurre en la mayoría de los casos y tenemos el segundo grupo como autismo secundario o sindrómico donde hay factores asociados (ambientales, genéticos, metabólicos, infecciosos, inmunológicos, neurológicos).

  • No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.
  • No señalar los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando tienen 14 meses de edad.
  • No jugar juegos de simulación (jugar “a darle de comer” a un muñeco) para cuando llegan a los 18 meses de edad.
  • Evitar el contacto visual y querer estar solos.
  • Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
  • Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.
  • Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).
  • Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
  • Irritarse con los cambios pequeños.
  • Tener intereses obsesivos.
  • Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
  • Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.

El tratamiento es multidisciplinario, y es fundamental realizar el diagnóstico correcto y tener equipos capacitados para brindar intervenciones conductuales, educativas, cognitivas, emocionales y comunicativas; todas dirigidas para mejorar la convivencia social.

Esto va a depender del grado de afectación, la evolución que presente conforme se interviene en las diferentes áreas (conductuales, educativas, cognitivas, emocionales y comunicativas).

Aun cuando no tenga un diagnostico lo importantes es poder intervenir lo mas pronto posible para mejorar cada una de sus habilidades.