Traumatismo Craneoencefálico

El traumatismo craneoencefálico es el trauma más frecuente en la edad pediátrica, ya sea de forma aislada o como parte de un politrauma. Radica en provocar una lesión cerebral, que aunque en la mayoría de ocasiones no exista o sea mínima, en otras puede ser relevante al producir lesiones graves que pueden conducir a la muerte o dejar secuelas incapacitantes.

Los accidentes de tráfico representan la causa más importante, seguido por las caídas y las lesiones deportivas. Otras posibles causas son los accidentes domésticos, los atropellos y las agresiones.

Después de un traumatismo es necesario llevarlo a revisión, una ves que el medico indica que puede estar en casa, es recomendable vigilar la presencia de estos signos y síntomas:

  • Dolor de cabeza de mediana a alta intensidad.
  • Dolor de cabeza que va en aumento de intensidad.
  • Dos vomitos o mas en menos de 24 hrs.
  • Somnolencia excesiva o dificultad para despertar.
  • Irritabilidad inconsolable.
  • Presencia de movimientos anormales. (crisis convulsivas)

Sí presenta cualquiera de estos datos hay que llevarlo al hospital de inmediato.

Una de las primeras consecuencias de un traumatismo craneoencefálico es la pérdida de conciencia; la duración y el grado de ésta es uno de los indicadores más significativos de la gravedad del traumatismo.

Tras la recuperación progresiva del nivel de conciencia y de la orientación, la mayoría de los pacientes presenta gran diversidad de secuelas físicas, cognitivas y de comportamiento que varían en su naturaleza y gravedad, en función de la extensión y localización del daño cerebral, así como de las características de personalidad e inteligencia previas del afectado. Por eso es importante una intervención inmediata a corto, mediano y largo plazo.

Las personas que han sufrido un trauma pueden tener alteraciones cognitivas y que aparecen a menudo como problemas de regulación y control de la conducta, dificultades en la resolución de problemas, trastornos de aprendizaje y memoria, así como alteraciones en el ámbito de la personalidad y el ajuste emocional. Las alteraciones físicas comprenden alteraciones motoras (movilidad, lenguaje) y/o sensoriales (visión, la audición, el tacto y el gusto).

Es importante reconocer y brindar una atención anticipada a cada uno de estos problemas.